lunes, 14 de noviembre de 2011

ANÁLISIS DEONTOLOGIA JURIDICA PARA ABOGADOS Y ESTUDIANTES DE DERECHO

ANÁLISIS DEONTOLOGIA JURIDICA PARA ABOGADOS Y ESTUDIANTES DE DERECHO

SU SENTIDO Y NECESIDAD

La  deontología  es  la  disciplina  que  se  ocupa  de  los  deberes  de  los
Profesionales. En  el  caso  de  los  abogados  se  trata  de  una multiplicidad  de deberes  como  son  aquellos consigo  mismo,  con  la sociedad,  con la profesión,  con los clientes, con los  colegas, con los jueces, con la entidad gremial.
 El abogado que es honesto y probo es consecuente con sus principios y  con  el  juramento  que  pronunció  al  incorporarse  a  su  respectivo colegio profesional.

EL SECRETO PROFESIONAL Y EL DEBER DE INFORMAR

El abogado tiene como deber ético el guardar reserva de los asuntos vinculados   con la vida privada de los clientes. Ello, porque se debe proteger el bien jurídico correspondiente a la intimidad de la vida privada de la personas, protegidas por la normatividad jurídica y la jurisprudencia comparada. Frente al derecho de la intimidad de la vida privada del cliente y de su familia se alza el correlativo deber del abogado de guardar el secreto sobre todo lo relacionado con dicha intimidad ética y jurídicamente comprometido a no violar el derecho a la intimidad en la vida privada de aquel cliente que le confía informaciones que pertenecen exclusivamente a dicha esfera jurídica.

Los códigos de ética profesional, sobre todo los  relacionados con la actividad  de  los  abogados  y  de  los  médicos,  contienen  dispositivos de  protección  de  la  intimidad  de  la  persona  así  como  aquellos relacionados  con  el  deber  de  estos  profesionales  de  guardar  el correspondiente  secreto  de  las  confidencias  e  informaciones  que reciben  concernientes  a  la  intimidad  de  la  vida  privada  de  sus clientes. 

EL ABOGADO Y LOS SUPUESTOS CIENTÍFICOS  DEL DERECHO

Pero,  si  bien  es  cierto  que  un  abogado  no  tiene  porqué  ser necesariamente ni un jurista ni un filósofo del derecho, no se concibe un  abogado  sólidamente  preparado  si  no  conoce,  al    menos,  los supuestos científicos y filosóficos básicos  de la profesión que ejerce.

Cabe  ello  reiterar  dos  de  las  preguntas  anteriormente  formuladas.
Así, se debe inquirir, por un lado, ¿Cómo puede el abogado proteger los  intereses    de  un  ser  cuya  estructura  existencial  desconoce  o  no conoce  suficientemente?. Y,  por el  otro,  ¿Cómo  puede dedicarse  al menester jurídico aquél que desconoce o tiene una visión inadecuada de que  es  el  derecho,  es  decir  de  la  disciplina a  la  cual  dedica  sus cotidianos afanes?.

Aparentemente  las  preguntas  antes  planteadas  parecen  innecesarias, fuera de lugar, pues se supone que todo abogado tiene una visión, lo más aproximada posible, de lo que es un ser humano cuyos derechos e interese s debe promover y defender. Lamentablemente, si bien ello debería ser así, no lo es en la realidad.

LA  FORMACIÓN  DEL  ESTUDIANTE  DE  DERECHO  INTEGRALMENTE  O ESPECIALIZADAMENTE

Desde  hace  un  buen  tiempo  se  ha  discutido,  en  diversas  sedes tiempos  y  escenarios,  sobre  la  conveniencia  de  especializar  al estudiante  de  derecho  en  determinadas  áreas  del  saber  jurídico  así como  si  dicha  especialización debe impartirse desde el inicio de los estudios  o  en  los  últimos  o  implementarla  solamente  a  nivel  del postgrado.

En  términos  generales  estimamos  que  si  bien  es  cierto  que  el abogado debe ser eficiente en una determinada área de su disciplina, ello no  es  óbice  para  que  sustente  debidamente  esos conocimientos específicos  en  los  pilares básicos   mencionados  en  el  parágrafo   los que fundamentan  e  iluminan   toda  su  acción  no sólo como abogado sino también como ser humano.

EL ABOGADO Y SU MEDIO SOCIAL

Es  conveniente  recordar  que  la  formación  integral  el  abogado  debe encontrarse siempre relacionada con la realidad y con el mundo en el cual vivimos. Hay que formar y preparar abogados para que efectúen  eficientemente  en  un  determinado  medio  social  ,  el  cual  deben conocer, al menos, en sus grandes lineamientos.

Debe  renovarse,  a  donde  todavía  ello  no  ha  ocurrido,  la  formación universitaria  del  estudiante  de  Derecho  para  hacerla  cada  vez  más pluriparticipativa  y  práctica. En estos  casos,  el  país que afronta  esta realidad está compuesto de  tantas  naciones como  grupos  autónomos en dicho orden integran el estado.

EL ABOGADO Y EL JUEZ COMO VIVENCIADORES DE VALORES

El  revelar  que  el ser  humano  –persona  para  el  derecho –es  un    ser libertad  nos permite aprehender también  que,  debido  a esta  especial situación  odontológica,  el  ser  humano  debe  proyectar su  vida.  Para realizar  esta  proyección  el  ser  humano  tiene  que  escoger  y  decidir entre  un  abanico  de  posibilidades  u  oportunidades  que  le  ofrece  la circunstancia en la cual se haya instalado. Es decir, tiene que preferir su  proyecto  de  Vida”  el  ser  humano  tiene  que  valorar,  sensibilizar que valores pretende realizar en su vida y otorgarle a esta un sentido.

FORMACIÓN INTEGRAL DEL ABOGADO

Lo  advertido  en  precedencia  se  contrae  tan  sólo  a  la  formación estrictamente  profesional  del  abogado.  Pero,  bien  lo  sabemos,  una formación  integral  no  puede  ignorar  las  vertiente s  cultural  y  moral del  abogado. La    formación  no se  agota en la  calidad estrictamente profesional. 
Es  decisivo  para  el  ejercicio  de  la  abogacía    que    la comunidad  pueda  contar  con  abogados  con  una  sólida  formación ética, que sean honestos probos reales y confiables.

FORMACIÓN HUMANISTA DEL ABOGADO

Diversos factores, que  nonos  corresponde examinar en esta  ocasión, contribuyen  al  hecho  que  los  abogados,  en  forma  cada  vez  más acentuada,  denotan  carencias  en  cuanto  a  su  cultura  general.  En algunas  situaciones ellas se refieren a cuestiones elementales, como podrían ser la correcta expansión lingüística o las faltas de ortografía. Ello  se comprueba  a través de  los  escritos  o  los  informes  orales  de cierto sector de letrados.  

En  nuestro  tiempo  histórico,  como  es  notorio,  se  va  perdiendo  el gusto y el hábito por la lectura. Cada vez hay más distracciones tanto para  los  niños  como  para  los  adolescentes,  lo  que  limita  las  horas disponibles  para  la  lectura.  Se  lee  lo  indispensable,  y  a  veces  ni siquiera  lo  suficiente.  La  adición  televisiva  o  la  de  navegar  sin  un definido  propósito  en  el  mundo  de  la  Internet  han  sustraído    un valioso  tiempo  a  los  niños  y  a  los  niños  y  jóvenes,  el  mismo  que debería haberse dedicado parcialmente al estudio , a la lectura.

FORMACIÓN ÉTICA DEL ABOGADO

Esta es la principal preocupación de este trabajo.

En efecto,  otra  variante básica en la formación  integral del abogado es  la  que  se  contrae  al  aspecto  ético  de  su  actividad  y  proceder. Si bien es cierto que ella se adquiere fundamentalmente en el hogar, en los  tiempos  que  corren  donde  por  lo  general  ambos  progenitores tienen que trabajar, los niños se encuentran en no pocos casos en un estado  de  relativo  abandono,  con  escaso  contacto  con  sus  padres, quienes  se  hallan medularmente  preocupados,  en  muchos casos  ,  en obtener  lo  mínimo  indispensable  para  la  decorosa  subsistencia familiar,  sobre  todo-pero  no  solo  en  aquellos  países  en  vías  de desarrollo  donde  no  siempre  se  encuentra  un  empleo  adecuado  o, simplemente , no se le halla.

Es,  por  ello,  que  el  ejemplo  de  los  padres  y,  más  tarde,  el  de  los maestros y el de los gobernantes en su caso, tienen un fuerte impacto en la formación ética de los futuros abogados.

Pero,  parte  de  la  conveniencia  de  crear  cursos  de  Deontología Jurídica  en  las  Facultades  de  Derecho  a  donde  no  existen,  es necesario,  además,  que  cada profesor, en  el  dictado  de  su  respectiva materia, aluda frecuentemente a  los deberes éticos del abogado. Hay  muchas  formas  y  oportunidades  de  hacerlo.  De  ahí  que  con  coraje, debe  concentrarse  una  silenciosa  campaña  en  este  sentido  en    los casos  en  que  sea  necesario  reforzar  la  formación  ética  de  los estudiantes  que  han  de  egresar  como  abogados. 

COMENTARIO

En esta lectura podemos apreciar que el abogado no debe ser un excelente conocedor del campo jurídico debe tener una formación integral porque de eso dependerá  el ejercicio de su profesión siendo competitivo en el ámbito profesional y afrontando los retos que le exige la profesión como abogado.